Cuando me
hablaron por primera vez del Cartílago de Tiburón, me lo presentaron como una
panacea, lo curaba casi todo y, eso no me gustó. Pero el tiempo, que todo lo pone
en su sitio, también puso al Cartílago de Tiburón y ahora me parece un
excelente complemento para proteger y
reparar las articulaciones.
El
esqueleto de los tiburones está formado en su totalidad por cartílago, y entre sus componentes cabe
destacar la Condroitina y el Sulfato de Glucosamina. Estas dos sustancias se encuentran igualmente en nuestro
organismo: en el cartílago articular, en los tendones y en los ligamentos. Y
son las que mantienen las articulaciones flexibles y, en caso de golpes o un
traumatismo ligero, actúan contra el dolor y la inflamación.
Con la edad nuestro organismo va perdiendo la facultad de sintetizar la
glucosamina y la condroitina, por lo el líquido sinovial de las articulaciones
pierde su viscosidad, la articulación queda con ello desprotegida y aparece el
dolor, la rigidez ósea y la pérdida de movilidad. El consumo extra de Cartílago de Tiburón puede ayudar a frenar la
degradación de las articulaciones y a favorecer lentamente la reconstrucción de las articulaciones dañadas y la recuperación de la
movilidad, con reducción de la inflamación y alivio del dolor articular.
Los suplementos con Cartílago de
Tiburón están
indicados en personas que sufren
problemas articulares como artritis, artrosis o reumatismo. Así como deportistas con fuertes entrenamiento por
causar éste, fácilmente, inflamación en las articulaciones y dolores musculares.
Está recomendado tomar de 2 a 3 gramos al día repartidos en dos dosis.
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