Las recomendaciones para este mineral no son muy amplias, sin embargo la medicina le otorga un montón de funciones y beneficios que parecen indicar que en determinadas ocasiones hay que subir la ingesta. Por ejemplo, cuando se cae el pelo, tienes la piel seca y áspera, retraso en las cicatrización de las heridas, o coges todos los resfriados que pasan por tu lado.
¿Qué hace el zinc en nuestro organismo?
El zinc es necesario para la síntesis del ADN y la regeneración de los tejidos, razón por la que es un elemento clave para el desarrollo y crecimiento de los niños. También es esencial para más de cien enzimas que participan en la digestión y el aprovechamiento de las grasas, las proteínas y los hidratos de carbono y está estrechamente relacionado con la producción de energía. Además es necesario para fortalecer el sistema inmunológico –¡las defensas!– ya que interviene en el desarrollo de los linfocitos T, glóbulos blancos que atacan a los virus y la bacterias perjudiciales para el organismo.
¡Ah! y tiene relación con la sexualidad. Por ejemplo, su falta provoca impotencia y baja la calidad del esperma.
La carencia de zinc se debe a su mala asimilación o a perdidas excesivas de sudor u orina. También el consumo en exceso de café y alcohol puede disminuir sus niveles.
¿Donde encontramos el zinc?
¿Donde encontramos el zinc?

El zinc también se puede tomar como complemento nutricional en forma de citrato, sulfato o quelato de zinc que variará su absorción dependiendo en la forma que se encuentre. Y la cantidad a tomar dependerá de los miligramos de zinc total que contengan esos compuestos.
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